miércoles, 22 de septiembre de 2010

El dote de una guerrera



Sara


Solo podía darte
el compartir de mi escarpada senda
privaciones, sacrificios y constante lucha
en donde la esperanza se acercaba
al exitoso fin de las batallas.

Sólo podía darte
mi rojo corazón donde latía
las cristalinas gotas de rocio
vertidas al dolor de los humildes
por los que levante mi voz, mi espada y mi vida.

Solo podía darte
mis manos que labrarían incesantamente tu campo fértil
las dichas venideras y cuyos surcos se regaban
con nuestra libertad, nuestras vidas.

Solo podía darte
cada parte de mi existir por la alegría de estar a tu lado
cada parte de mi ser -ya no tan mío- palabras, ternura
aliento y sonrisas... mi razón y pasión inextinguible

Sólo esas cosas podía darte... y las aceptaste
emocionada, incredula, incondicional y reciproca
y empezamos así, aquella noche bulliciosa.


Donde no existió un valladar en el sendero
donde recorrí tu cuerpo y en una lucha constante
ofrendamos unidas nuestro amor.

1 comentario:

Mabel Escribano Usero dijo...

Solo podria darte mi aliento; mi gratitud por ser estar y decirlo. Dame la mano y ayudemonos a recorrer este camino que algunas creen fácil. Mi admiración.